Senderos (rebeldes)

A veces, honrar la vida exige vestirse de rebeldía y desplegar las alas, para volar al compás de los cuatro vientos.
MOMENTO INAUGURAL
Laguna de los tres, al pie del Monte Fitz Roy- 15/02/16
Primera crónica – Senderos (rebeldes)
En agosto de dos mil quince inicié los trámites de la jubilación, estado al que ingresaría en diciembre de ese mismo año (mi esposa se jubiló en octubre). Para celebrarlo, planeamos un extenso viaje en auto por la Patagonia, que realizaríamos ese verano.
En los días previos a jubilarnos transitamos las inevitables reflexiones que provoca el hecho de convertirse en jubilado. Un montón de fantasmagóricas imágenes comenzaron a moverse en mi horizonte vital, a la vez que empecé a cuestionar algunos comentarios que recibía sobre esta etapa de la vida.
El viaje resultó una hermosa aventura, poblada por la majestuosidad de los paisajes de nuestro sur. El Chaltén fue uno de los puntos culminantes y, además de la imponente belleza del Monte Fitz Roy, allí vivimos una experiencia que cambió nuestras vidas. La relato en una entrada del blog Huellas titulada Sobre trasgredir los límites, las recompensas, la pertinacia de andar la vida y el vuelo de un cóndor.
Lo más notable de aquella vivencia fue que pude desarmar las trampas del lenguaje en referencia a la jubilación, esas que a veces condicionan nuestra conducta. La más importante de todas probablemente sea cuando se la nombra como el ingreso a la "clase pasiva". También están aquellas recomendaciones que te dan en cuanto a tener prudencia o a cuidarte con las actividades que vas a llevar a cabo... y otras más, igual de aburridas.
Después de casi doce horas de emociones, adrenalina y miedos —las que nos demandó subir y bajar de la Laguna de los Tres—, me puse a pensar en el "Me rebelo, luego somos", aquella frase de Camus. Le dije a mi esposa que lo mejor que podíamos hacer era transformar nuestras jubilaciones en una etapa absolutamente activa.
Ella coincidió conmigo. Así empezó un derrotero de desafiantes senderos que hemos andado en los últimos diez años, de los cuales publico aquí imágenes y algunos comentarios.
Montaña WAYNAPICCHU (Machu Picchu) 07/09/16
Segunda crónica – Senderos (rebeldes)
El desafío siguiente sería nada más ni nada menos que Machu Picchu, y el ascenso a la intimidante montaña Wayna Picchu. Fue, sin duda, una experiencia extenuante. Pero el cansancio no opaca el enorme placer de haber vuelto a correr los límites, ni el enriquecimiento espiritual que produce caminar sobre las huellas del Imperio Inca.
Ese lugar transmite magia. Uno se va de allí con el alma llena de ecos ancestrales.
Tal como entendiéramos en El Chaltén, estábamos poblando de gran actividad esta etapa de nuestra vida, a la vez que llenábamos nuestros ojos con bellísimas instantáneas y conjugábamos en infinitivo placenteros verbos.
Patagonia Argentina y Chilena - enero y febrero 2017
Tercera crónica – Senderos (rebeldes)
Entusiasmados con la experiencia del año anterior, regresamos a la Patagonia. Durante varias semanas, anduvimos por Chos Malal, San Martín de los Andes, Bariloche, Esquel, Los Antiguos, Chile Chico y la Cueva de las Manos.
Llenamos nuestros ojos —y nuestra memoria— con bellas e impactantes imágenes.
En ese andar, íbamos soñando proyectos.
Jugábamos a la botellita con el globo terráqueo.
Caminos de Santiago 2018 y 2019
Cuarta crónica – Senderos (rebeldes)
En dos mil dieciocho cruzamos el océano y caminamos por la belleza de Granada. Allí nos bebimos los versos de Lorca, nos deslumbró La Alhambra y nos deleitamos con el baile flamenco.
Luego, Sevilla y sus maravillas.
Al caminar por sus calles, Berlín nos contó su historia.
Praga nos ofrendó su magia y su encanto.
En Budapest nos hamacó el Danubio y recorrimos Viena en largas caminatas.
La casa de Freud nos recibió... analítica.
Finalmente, el 11 de junio, iniciamos esa fantástica travesía que es el Camino del Norte.
Es tal la intensidad de ese recorrido, que tiene pestaña propia.
El Calafate, El Chaltén y Ushuaia - 2019
Quinta crónica – Senderos (rebeldes)
En el verano de dos mil diecinueve regresamos a la Patagonia.
Nos animaba la idea de repetir la subida a la Laguna de los Tres, al pie del Fitz Roy. Aquella experiencia nos había marcado profundamente, y quisimos disfrutar nuevamente de la maravilla que es ese sendero y de la fantástica recompensa que se obtiene al llegar hasta la cima.
Agregamos el retorno al Glaciar Perito Moreno y, desde allí, llegamos hasta Ushuaia para recorrer algunos senderos, como el de la Laguna Esmeralda y el que llega hasta la Bahía Lapataia, punto final de la Ruta Nacional número 3.
Anduvimos por las cercanías del fin del mundo… y desde allí, desafiantes, seguíamos soñando nuevos caminos.
Senderos por Italia y Portugal
Sexta crónica – Senderos (rebeldes) - La profecía de Hazas
Andar senderos por Italia y Portugal fue otro de los regalos que nos proporcionó nuestra rebelde decisión inicial.
En esta ocasión, nos dejamos enriquecer por los paisajes de las calles de Nápoles. Iniciábamos la marcha tomando un café en uno de los tantos templos dedicados a Diego que hay en la ciudad. Luego subiríamos al Castillo Sant'Elmo y al Vesubio.
En Bomerano comenzamos el Sendero de los Dioses, un camino que hace honor a su nombre.
En Sorrento descubrimos el de la Reina Giovanna.
Caminamos la isla de Capri, donde vimos las huellas de Neruda y Yourcenar, y visitamos la Gruta Azul.
Desde Praiano hasta Minori, recorrimos el Sendero del Valle de las Ferrerías, el de Ravello y el de los limones, entre Minori y Maiori.
La Costa Amalfitana fue un bellísimo escenario que caminamos de punta a punta.
Tras un inevitable y disfrutable paso por Roma, nos dirigimos a Portugal. Lisboa nos recibió con el abrazo de un fado, y recorrerla fue una experiencia enriquecedora. Disfrutamos de la hospitalidad de su gente, su riqueza cultural y su comida. Todo es disfrutable en Portugal.
Luego nos maravilló la imponencia de la Universidad de Coimbra.
Después de un paso por Fátima, donde caminamos sobre las huellas de la Virgen y los tres pastorcitos, llegamos a Oporto, otro canto a la belleza lusitana.
Allí iniciamos el Camino Portugués de la Costa, un precioso recorrido que, al igual que la vez anterior, culminó con el alborozo de la llegada al Obradoiro.
En ese momento, recordamos aquel vaticinio del peregrino-filósofo de Hazas, cuando pasamos por allí haciendo el Camino del Norte. Él nos dijo que teníamos almas de peregrinos y que haríamos más de un camino.
Con la llama de la ilusión por hacer el Camino Francés… volvimos a casa.
Por el noroeste argentino e ¡Iruya! - noviembre 2024
Séptima crónica – Senderos (rebeldes) – El vuelo del cóndor
Después del largo paréntesis que nos provocó la pandemia, junto a otros sucesos, volvimos a los senderos.
Iniciamos este viaje con dos anhelos viajeros pendientes: uno, hacer el Camino Francés a Santiago cruzando los Pirineos; el otro, conocer Iruya.
Por esa razón armé este itinerario: primero, volver a lugares que habíamos visitado hace muchos años y, como objetivo final… ¡Iruya!
Recorrimos la ciudad de Tucumán y transitamos senderos como el ascenso al Cerro San Javier. Luego, un parque en San Salvador de Jujuy, otros en Purmamarca, Cafayate, y también en Salta capital, como la subida al Cerro San Bernardo. Después seguimos en Humahuaca.
Y finalmente llegó el plato fuerte. Ya la subida en colectivo desde Humahuaca a Iruya fue a puro vértigo y belleza.
Descubrir ese mágico pueblito fue un regalo. Enriquecimos nuestro espíritu recorriéndolo y disfrutando de la hospitalidad de su gente. Subimos al mirador de la Cruz, y por último acometimos lo más difícil: los exigentes quinientos metros finales, atravesando tramos donde el precipicio intimida.
Fue una prueba dura, sí, pero con una recompensa formidable: el paisaje que se abrió ante nosotros, el anhelo cumplido… y la suerte de ver de cerca el vuelo de un cóndor. Nos dijeron que no es común verlo tan cerca. A nosotros nos pareció un augurio.
Además, completar el ascenso y descenso sin que nuestro físico se quejara fue motivo de gran alegría.
Comprobamos que estamos en condiciones de ir tras el último sueño: hacer el Camino Francés cruzando los Pirineos.
Sin duda, más temprano que tarde lo concretaremos, porque, como dijo Camus "Me rebelo, luego somos"
Y serán las imágenes de esa aventura las que publicaré en un futuro cercano.