Albor

01.02.2025

Y un día, por la avenida del desaliento, bajaron los insurgentes del desamparo. Pateaban los canteros llenos de olvido, iluminaban a su paso los sueños perdidos, blandiendo poemas rebeldes. Ahogaban los gritos de los eternos diestros del desprecio, borraban las muecas del silencio y los estereotipos de la indiferencia. Entonces, en las veredas, crecieron las sonrisas. Y acompañándolos, un coro de unicornios azules le cantó a la libertad.