Alas
03.02.2025

Hubo una vez una gota de rocío, aprisionada en crisálida por inviernos y olvidos, que permaneció durante años en el marco de su existencia. Un día, una cálida lluvia de verano la invitó a soñar; la gota, sublevada de anhelos, se abrazó a sus sueños; la lluvia, fiel a su destino de río en viaje, siguió su marcha hacia el mar. La gota, urgida de vida, rompió la crisálida y desplegó sus alas, aun a sabiendas de lo efímero de su vuelo sobre el curso del vidrio.